La forma va a depender del lugar que habiten y de los hábitos de alimentación que tengan. Este aspecto se relaciona estrechamente con el tamaño, ya que los que sean depredadores (de vida libre) generalmente serán más grandes que los parásitos, por supuesto esto será diferente dependiendo de la presa y del huésped con quien se relacionen respectivamente. En la siguiente imágen, modificada de Hoffmann (1988), se ven algunas de las formas de estos animales. Las figuras no están a escala, solo donde se indica por la barra.
Tamaño
Lo que destaca en la forma de los ácaros es el "gnatosoma", que esta formado por la fusión de los pedipalpos (P) y los quelíceros (Q). La evolución del gnatosoma ha generado una variedad de formas tan grande o quizá mayor que las partes bucales (mandíbulas y sus derivados) de los insectos.
El intervalo de tamaño puede ser desde unos 200 micrones (0.2 mm) hasta 2, 3 o un poco más centímetros. En las imágenes que se muestran abajo se puede estimar el tamaño de algunos ácaros. Sobre el cuerpo de una hormiga, detrás de la cabeza de una abeja y sobre una larva de mosquito.
Apéndices
Ademas de pedipalpos y quelíceros tienen un juego de cuatro pares de patas
cuando son adultos o ninfas y tres cuando son larvas.
Todas las características anteriores se han combinado para dar como resultado lo que Anita Hoffmann (primer acaróloga mexicana) describió como "los seres más adaptables", condición que, sin duda, les ha permitido poblar todo lugar donde es posible que se sustente la vida.
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